Ca l’Agnès estuvo presente en la XXX Feria Alternativa de Valencia que se celebra cada año en el cauce del río Turia dando una charla sobre Macrobiótica y soberanía alimentaria.
La macrobiótica tiene en común con la soberanía alimentaria la potenciación del consumo de alimentos de la estación, cultivados en la propia localidad, y ecológicos.
La práctica de la dieta macrobiótica es una manera de incidir en el descenso del consumo de productos alimenticios importados o que han sido alterados mediante procesos industriales (refinados, con aditivos, envasados, congelados…) y por tanto, de contribuir mediante los propios hábitos de consumo en la sostenibilidad. Pero… ¿Comprar productos ecológicos y comerlos aplicando el Principio Único para mejorar nuestra salud es suficiente? ¿Nos quedamos aquí o queremos ir un poco más allá implicando nuestro modo de vida participando en todo lo que podamos en la sostenibilidad de la tierra?
En mi opinión, se hace necesario poner freno al consumo de productos ecológicos que provienen de otro país. Por ejemplo, productos macrobióticos del Japón o vegetales de Latinoamérica en España. En vez de importarlos de países lejanos, compremos los cultivados en la propia localidad o país y elaboremos en casa los productos típicos del Japón, que se usan en la macrobiótica: el miso, el tamari, el tekka…comprando lo mínimo que proviene del extranjero; comamos algas del Mediterráneo o de Galicia. Hagamos también nuestro propio seitán, leches vegetales, etc. ¡Ahorraremos envases innecesarios y un buen pellizco de euros!
También se debería de integrar la fitoterapia propia de nuestro hábitat y usarla como remedio curativo. Yo lo he hecho siempre. Para mi no tiene sentido emplear hierbas chinas o soluciones ayurvédicas si a 15mn de mi casa, puedo encontrar tomillo, hipérico, gordolobo, manzanilla, poleo, salvia, espliego, ruda, malva, cola de caballo, llantén, diente de león, ortigas…
Estas hierbas son también fáciles de encontrar en las herboristerías o se pueden plantar en macetas en la terraza.
La soberanía alimentaria entiende el comercio internacional como un complemento a la producción local. Implica devolver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunidades y luchar contra la privatización de la vida. (Esther Vivas). Es una llamada a recuperar la resiliencia, la autonomía y la libertad de los pueblos, a unirnos en comunidades, a trabajar en colaboración. En resumidas cuentas, es un gran paso hacia la propia libertad y quizás hacia la consecución de la libertad infinita. Para ello, es necesario disfrutar de buena salud y fortaleza, aspectos personales a los que nos lleva un adecuado equilibrio en la alimentación, comprendiendo a través de la macrobiótica como actúan los alimentos en nuestro organismo para lograr este óptimo nivel de salud que nos permite despreocuparnos de las enfermedades y de la energía destinada a resolver malestares en general. Si la salud física y mental se encuentran en orden, se puede enfocar las energías hacia el trabajo que realmente deseamos desempeñar, hacia proyectos para el cambio social, hacia la soberanía de la localidad, hacia la unión que hace la fuerza, si esto es lo que se quiere hacer.
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