La alimentación de las PAS o personas altamente sensibles

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La alimentación de las PAS o personas altamente sensibles es un tema del que se ha escrito poco. Como PAS con grandes implicaciones personales en el mundo de la alimentación, comparto mi experiencia contrastada con la de otras PAS esperando que aporte luz.

¿Qué significa ser PAS?

La sensibilidad en el procesamiento sensorial—siglas SPS— es un grupo de rasgos neuropsicológicos descubierto en los años 90. Los psicólogos Elaine y Arthur Aron lo estudiaron en primer lugar y empezaron a hacerlo visible, definiéndolo. Este rasgo determina en las personas que lo presentan una sensibilidad más alta que les permite detectar diferencias sutiles en los estímulos, y un procesamiento de la información sensorial más profundo que el de las personas que no lo tienen. En castellano, se denominan Personas Altamente Sensibles – siglas PAS- Ambos autores sostienen que del 15 al 20% de la población presenta ese rasgo.

Según Karina Zegers de Beijl, se puede definir una PAS cuando:

  • La persona difícilmente puede remediar su tendencia a procesar toda la información recibida de una manera intensa y profunda. Rumia los temas y les suele dar muchas vueltas.
  • La persona llega a saturarse y sentirse sobreestimulada cuando tiene que procesar mucha información (sensorial y emocional) a la vez, por ejemplo, estando en un concurrido centro comercial a la hora punta.
  • La persona vive la vida con mucha emocionalidad; se emociona con facilidad ante un sinfín de situaciones y cosas que le tocan el alma por su belleza y pureza, pero de la misma manera por su tristeza o cuando siente una profunda impotencia. Esto puede dar lugar a una intensa empatía, una característica que también forma parte del rasgo de la alta sensibilidad.
  • En cuarto lugar, cabe resaltar una elevada sensibilidad no solamente en cuanto a los cinco sentidos (vista, tacto, oído, gusto, olfato) sino también de cara a sutilezas como pequeños cambios en el entorno o en el estado emocional de las personas que la PAS tiene delante.

Cada vez, somos más las personas que atesoramos sensibilidad a las energías sutiles y desarrollamos capacidades sensitivas-intuitivas.

Las ciencias ancestrales y medicinas holísticas describen siempre la materia unida a la energía. Hay personas que sienten y/o ven las energías (por ejemplo el campo aurico de los y las demás) y personas que no las sienten, al menos concientemente y que no las ven. Hay personas capaces de percibir y sentir las energías con claridad e intensidad.

La evolución natural de la conciencia global en el planeta Tierra que viene de la mano del paso de la era de Piscis a la era de Acuario, conlleva cambios en la consciencia de las personas. Existe un número creciente de PAS actualmente. La evolución de nuestra consciencia implica cambios en nuestra frecuencia vibracional que podemos sentir derivados de las pruebas y experiencias que nos aporta la vida.  Las personas comprometidas con nuestra evolución y contribución al cambio de conciencia global a través de un constante trabajo interior, que hemos nacido y vivimos en este momento histórico, podemos experimentar este cambio de frecuencia que se inició con la práctica de diferentes herramientas para el cambio. Algunas nos hemos dado cuenta de que somos PAS. Otras, si bien desarrollan también capacidades sensitivo-intuitivas, no se ven tan afectadas por su medio ambiente.

Madres y padres comprometidos con su propio cambio han visto su extensión en hijas e hijos que vienen despiertos y mucho más maduros espiritualmente. Para mí es fácil observar que estas nuevas generaciones más sensibles y sensibilizadas necesitan alimentarse con una nutrición más equilibrada y sobretodo 100% natural. Desde pequeños/as, tal y como lo hacen sus pamadres piden alimentos puros de la tierra o el mar. Es curioso como desde bien chiquitos ya marcan qué alimentos no desean y si viven en una familia con hábitos saludables, piden y comen alimentos integrales, verduras, legumbres, frutos secos, frutas y son felices con esta alimentación.

Ilustración de Agustina Guerrero.

El alimento físico condiciona nuestra vibración electromagnética de la misma manera que la condiciona el ambiente social en el que nos movemos.

Para alimentarnos bien, hay que conocer cuál es nuestra naturaleza o constitución para poder respetarla. Y también cuáles son nuestros objetivos en la vida. Hoy en día hay muchas teorías sobre nutrición y dietética. Mucha información que a veces encontramos se contradice en el sentido de que lo que unos consideran “bueno”, otros lo consideran “malo”. Hay dietas intuitivas y dietas más intelectuales. Siguiendo una dieta puramente intuitiva podemos confundir lo que deseamos con lo que necesitamos y siguiendo una dieta estandarizada o basada en el recuento de nutrientes/calorías nos podemos estancar mentalmente y crear rigidez. además, la mayoría de las corrientes alimenticias tienen en cuenta los nutrientes y los procesos puramente fisiológicos pero no tiene en cuenta el estado energético creado por la alimentación. Por eso hay que observar nuestras necesidades biológicas y emocionales relacionadas con la comida. Y hay que observar cómo nos sentimos energéticamente según lo que y cómo comemos.

La naturaleza altamente sensible de las PAS, que viene de nacimiento, debería ser nutrida por alimentos puros y orgánicos que la potencian y a la vez les confieren fortaleza y centro para desenvolverse en el mundo de las no PAS. Suelen ser muy empáticas y permeables energéticamente por lo que es importante mantener tanto su sistema nervioso como su sistema inmunológico fuertes.

Cada alimento tiene una energía propia y ayuda a activar o calmar el sistema nervioso. Cada alimento crea una sensación corporal y estado mental-emocional concreto.

Al nutrirnos con alimentos como verduras y hortalizas, cereales integrales, legumbres, frutas, semillas y frutos secos, las sensaciones son más neutras, sutiles, el estado mental más equilibrado, positivo, silencioso.

Si comemos azúcares refinados, cereales refinados y lácteos, las sensaciones mentales son agradables pero inestables y fluctuantes y nos crean un estado emocional-mental inestable que puede pasar de la euforia a la depresión, de tener mucha energía a experimentar somnolencia (hipoglucemia).

Si nuestra alimentación es con animales, embutidos, grasas, las sensaciones corporales son más densas, intensas y burdas, el estado emocional-mental es más irritable y agresivo.

Por tanto, las PAS, del mismo modo que se protegen de estímulos agresivos o de energías caóticas, deberían de evitar alimentos que desestabilizan su organismo, en especial el sistema nervioso (azúcar, drogas, alcohol, estimulantes –cafeína, bebidas químicas azucaradas, teína- colorantes, conservantes, etc) y dietas extremas como el crudi-veganismo, ayunos prolongados o una alimentación demasiado yin.  La razón es porque estos alimentos y sustancias debilitan y vuelven aún más permeable. Se puede ser altamente sensible y fuerte.

Veo a menudo PAS sumidas en mucha confusión por la falta de información sobre su condición de PAS y porque no están ocupando el lugar que les corresponde en este mundo debido a una canalización deficiente de sus potenciales sensibles. No estar ocupando el lugar que corresponde a menudo lleva a estados emocionales de vacío, depresión o ansiedad. Y estos estados emocionales, si no se trabajan, llevan a comer alimentos que los potencian. Es un círculo vicioso que colapsa el crecimiento interior, el desarrollo de la misión y la realización personal que nos hace sentirnos a gusto y en el lugar correcto.

El alimento íntegro (sin refinar, sin pasar por procesos industriales, sin pesticidas ni aditivos) es poderoso pues, bien equilibrado, nos ayuda a recuperar nuestro centro y nos mantiene conectadas/os con nuestra esencia. Cuando estamos conectadas/os, podemos seguir intuiciones que son las voces de nuestra alma.

El alimento puro conserva toda la luz de su campo electromagnético que no ha sido mermada por ningún proceso artificial. El campo electromagnético de una manzana, de un grano de arroz integral, de una lechuga recién cogida brilla y nos da brillo. En cambio, los alimentos refinados como la harina, las verduras en bolsa e irradiadas, todos los procesados y envasados carecen de este campo vibratorio luminoso. Los alimentos cocinados con varios días de antelación también van perdiendo luminosidad. Lo mismo sucede con los nutrientes de los alimentos, que son superiores en contenido y calidad cuando son íntegros y ecológicos. Así lo muestran los estudios científicos de María Dolores Raigon.

¿Qué alimentos comer siendo PAS?

Lo primero es sentir si estamos bien con lo que comemos a diario. Si nuestro organismo funciona saludablemente y hay estabilidad emocional. Cuando la respuesta a esto es afirmativa, probablemente la alimentación es la adecuada.

Si en cambio existen altibajos emocionales, inestabilidad orgánica, cansancio, debilidad o dolencias físicas, lo mejor sería revisar la alimentación.

Regularmente, podemos tomar:

A) Cereales integrales: se consumen en cada comida incluyendo el desayuno, regularmente en forma de grano entero, integral  y ocasionalmente como derivados de éstos. Constituyen el aporte más importante de glúcidos pues son hidratos de carbono complejos que nuestro organismo asimila lentamente.

B) Legumbres y algas: las legumbres ( lentejas, garbanzos, judías, soja…) y sus derivados ( tofu, tempeh, seitán…) son el aporte de proteína, en este caso vegetal, para nuestro organismo. Si las legumbres se cocinan junto con algún cereal (arroz y lentejas) nos aportarán todos los aminoácidos que nuestro organismo necesita y si se les añade un trocito de alga kombu las hará más digestivas.

Las algas contienen numerosos minerales esenciales ( hierro, calcio, fósforo…) y suelen tomarse en pequeñas cantidades cocinadas con verduras, escaldadas, en ensalada o tostadas a modo de condimento, dependiendo del tipo de alga.

C) Verduras:  para un mayor equilibrio se combinarán a diario raíces, verduras redondas, brotes y hojas en distintos tipos de cocción y utilizando diferentes tipos de corte, pues cada uno de ellos aporta una energía propia a nuestro organismo. Son una importante fuente de vitaminas. Cada plato deberá constar al menos de un acompañamiento de verdura aunque lo ideal son dos o tres diferentes (uno de raíces, uno de verduras verdes al vapor y otro a elegir: escaldado, salteado, estofado, prensado, macerado…).

D) Sopas: de verduras con algas, de cereales, con miso o shoyu, ideales para calentar el cuerpo en invierno o deliciosas cremas frescas en verano para reponer líquidos. Se puede tomar un bol o dos al día.

E) Aderezos, condimentos, bebidas y semillas: para acompañar cereales o verduras y dar un toque más sabroso y creativo a nuestros platos.

Aderezos: salsa de shoyu, miso, sal marina, vinagre de arroz o de umeboshi, jengibre, limón…

Condimentos: gomasio, sésamo con polvo de algas, copos de alga nori, ciruelas umeboshi…

Bebidas: en general al seguir una alimentación mayormente vegetal no se suele tener sed, así tomaremos la cantidad de líquido suficiente para satisfacer nuestras necesidades personales que variarán según la actividad física que realicemos. Mejor que no sean excitantes ni demasiado aromáticas.

F) Productos animales: de tomarlos, se recomienda en poca cantidad, básicamente el pescado y otros productos del mar y ocasionalmente algún huevo.

G) Frutas y frutos secos.

H) Postres: naturales y sin azúcar.

I) Aceites: (primera presión en frío): de oliva, de sésamo, de lino.

J) Pickles: antes y después de cada comida.

Puede ser que debido a su condición altamente sensible, ciertas PAS sientan la necesidad de nutrirse con proteína animal para crear una estructura física y energética más densa y agresiva que les sirva de auto-protección. Esto está bien si la persona no abusa de la carne o quesos y si es realmente necesario para desempeñar su misión en el mundo no-PAS, pero nunca deberían dejar que la proteína animal les tense y les conduzca hacia un carácter agresivo porque esto podría colapsar su elevada sensibilidad natural con los potenciales inherentes a ella. Podría llevarlas a enfermar por no estar nutriéndose adecuadamente. Auto-protegernos en ambientes densos, agresivos o contaminados con energías electromagnéticas (como por ejemplo el ambiente de una gran oficina en una ciudad o un puesto de cara a un público que viene a quejarse o enfermo) es posible efectuando un trabajo interior sobre los límites personales, visualizaciones creativas protectoras, desarrollando fuerza de carácter y sabiendo salvaguardar la agresividad natural no dañina ni para una misma ni para los demás que permite defendernos o protegernos cuando lo necesitamos. No necesitamos embrutecernos con alimentos densos o de frecuencia baja.

El sobrepeso en las PAS

Algunas PAS, por muy bien que coman y cuiden su dieta crean sobrepeso inconscientemente para protegerse de estímulos externos que les llegan como demasiado intensos, agresivos o estresantes.  Su cuerpo almacena capas de grasa y/o líquido como coraza ante lo que sienten como ataques externos o energías desagradables.  Aquí encontramos una explicación a por qué, hagan la dieta que hagan, algunas personas no logran perder peso ni volumen. Y también otra posible explicación al por qué otras personas se sienten mejor “un poco envueltas”.

La exigencia social por cumplir ciertos cánones físicos considerados más bellos o más saludables es un lastre mental más para las PAS, ya de por sí exigentes por representar y aportar siempre “lo mejor” a su entorno y a sí mismas. Si la alimentación tanto física (comida) como energética (relaciones sociales, ambiente social) es pura, sencilla y adecuada a la actividad y al medio en el que vivimos, nuestro cuerpo-mente se ve beneficiado por ella, tenga la forma que tenga y el tamaño, siempre dentro del límite de lo saludable.

Por otro lado, someter una PAS a una dieta extrema (tipo mono-dieta o détox a base de zumos) o a un ayuno puede ser contraproducente, ya que esto las puede llevar a desestabilizar su sistema nervioso. Es importante, si se siente la necesidad de depurar, recurrir a una dieta rica en magnesio que ayude a mantener el nivel de azúcar en sangre estable. Y siempre supervisar que no lleve a carencias de vitaminas del grupo B.

Una alimentación variada, basada en la macrobiótica, con los alimentos mencionados anteriormente, mayormente vegetal, con hidratos de carbono complejos, proteína de buena calidad, verduras variadas ecológicas que aporten minerales y vitaminas, entre las cuales siempre raíces y hojas verdes, frutos secos y semillas, aceites de primera presión en frío y la cantidad adecuada de fruta según la condición de la persona y la estación, siempre adaptada al momento y necesidad de cada PAS, da muy buenos resultados.

Agnès Pérez
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