El sobrepeso puede derivar de causas emocionales muy diversas, según sea el tipo de conflicto interior que lo alimenta. Hoy sólo voy a hablar del sobrepeso en las PAS.
Las PAS –podéis leer mi primer artículo sobre la alimentación de las PAS para entender mejor cuáles son nuestros rasgos característicos-, al sentir los estímulos externos intensificados sobremanera, es fácil que inconscientemente nos protejamos creando barricadas (o “barrigadas”) en forma de acumulaciones sobre nuestro cuerpo físico. Para nuestro cuerpo emocional y sistema nervioso, a veces resulta demasiado intenso sentir la vibración energética densa de otros seres cercanos. Lo que para nosotras es tangible y sentimos claramente, para otras personas puede pasar desapercibido o no ser tan molesto. Por esto es importante aprender a poner filtros a “inputs” que nos son dañinos y a no hacerlos nuestros para nada, de nada.
Por ejemplo, oír constantemente peleando agresivamente a nuestros padres (o vecinos) puede derivar en un estado de tensión insoportable para una PAS que querrá protegerse -consciente o inconscientemente- de esa vibración si no puede ir a otro lado. O viajar cada día, largo tiempo, en hora punta, en un medio de transporte público atestado de personas, en el que no cabe ni una aguja, puede generar grandes incomodidades hasta el punto de sentirnos mal ahí dentro e inconscientemente, se pueden construir barreras físicas de auto-protección. O simplemente vivir en una gran ciudad en un barrio céntrico. Así que, aunque os cueste imaginarlo a las personas que no sois altamente sensibles, quizás podáis intuir cómo se siente de manera intensificada una relación con un familiar conflictivo, o una situación difícil en el trabajo con un/a compañero/a, o simplemente, seguir atrayendo circunstancias dolorosas por no haber descodificado aún patrones sistémicos (comportamientos codificados en el seno de la familia o grupos con los que nos relacionamos). Atraemos lo mismo (o parecido) hasta que logramos sanar por completo lo que nos hace atraerlo, dando un paso adelante en nuestra evolución espiritual.
Las carencias afectivas o la interacción continuada con núcleos que debieran ser afectivos pero que no han aprendido a dar y recibir amor del bueno, generan sufrimiento a todas las personas. Una PAS lo sufre aún más y, una vez que ha acogido en sí misma, y está dispuesta a instaurar firmemente en sí los códigos del buen amor y de la bondad, ha de aprender a desligarse completamente de otros códigos que no le corresponden.
Pero… ¿Cómo no dejarnos influir por lo que vibra a nuestro alrededor, sin convertirnos en seres fríos y distantes? La meditación es una muy buena herramienta para trabajar la ecuanimidad mental y la no identificación con las emociones. Meditar ayuda a situarnos como meras observadoras de lo que pasa por nuestra mente. Ayuda a observar sin convertirnos en sujeto de los códigos mentales adquiridos, a verlos como si de un objeto que podemos transformar o del que podemos prescindir se tratara. Ayuda a trabajar mecanismos de reacción ante circunstancias adversas. Y con la práctica, cambia nuestro talante e incluso la mente se va vaciando cada vez más de pensamientos, creencias, emociones.
Estas palabras de Javier Arocena Aramburu describen bien cómo se puede sentir una PAS ante : “Ganar peso es como si le dijéramos a la mente: “Esto que vivo es demasiado, no puedo con esto”. El cuerpo, que es el efecto de la mente, ayuda añadiéndole más peso. Hace a la persona más grande y fuerte para que pueda con todo”. Entonces, una vez que reconocemos el origen mental de nuestros desajustes, podemos erradicarlo.
Evidentemente esto es un proceso. Una vez identificadas las circunstancias que crean mecanismos mentales-emocionales de auto-protección, o que llevan a gestionar emociones de sufrimiento a través de atracones de comida, se puede empezar a hacer un trabajo personal para desligarnos de ellas. Personalmente, desde que entregué mi vida a la voluntad del Universo, siempre busco un espacio personal para hacer el trabajo interior que la vida me sugiere hacer en cada momento. Hay cuestiones que son materia de toda una vida observando, tomando consciencia, acudiendo a terapia, transformándolas en la vida real del día a día y no solo en el plano mental…Todas nuestras circunstancias son grandes maestras en nuestras vidas y es positivo acogerlas con agradecimiento, pues nos están conduciendo a ser un poco más libres una vez trascendidas. Y también, si las hemos vivido en carne propia, luego podemos ayudar a otras personas a superarlas. Así que, gracias dobles.
Y pasando a la parte práctica relacionada con la alimentación, si éste es un aspecto al que aún no le estáis dando la importancia que debiera tener, os dejo a continuación pautas para bajar de peso.
Perder peso con la macrobiótica.
Primero, vamos a distinguir qué tipo de alimentos crean sobrepeso o envolturas, según cómo se manifiesta el sobrepeso a nivel físico.
- Alimentos que producen peso denso: Alimentos con grasa saturada, todas las carnes, aves, embutidos, jamón, todos los quesos y huevos. También nos producirán peso denso, los alimentos con excesos de sal y condimentos salados, todos los horneados de harina, pan y bollería.
- Alimentos que producen peso flácido:
– Alimentos altos en calorías. Alcohol, bebidas gaseosas azucaradas, néctares de frutas, azúcar, chocolate, pastelería, bollería, helados, miel, sirope de arce, azúcar de caña, fructosa, sacarina, mermeladas con azúcar.
– Alimentos que enfrían, apagan el fuego digestivo (entorpecen la eliminación de las grasas saturadas), hinchan, expanden intestinos y producen retención de líquidos por debilitar los riñones. Exceso de frutas tropicales y locales, zumos, verduras solanáceas (tomates, pimientos, patatas y berenjenas), helados, bebidas o comidas frías, leche de soja, tofu crudo, leche y yogures, kéfir, alcohol y exceso de ensaladas crudas. – El grupo de los alimentos altos en grasa saturada y con efecto enfriante (congelación de las grasas en nuestro cuerpo). Leche, mantequilla, nata, yogures, kéfir, quesos blandos y cremosos, helados, también se podría considerar un exceso de aceite crudo.
- El 35% de los alimentos serán verduras en diferentes estilos de cocción ligeros: al vapor, escaldadas, salteadas, hervidas, prensadas y/o combinadas con cereales en ensalada.
- El 30% cereales integrales: arroz integral, mijo, cebada, quinoa, amaranto, etc.
- 15% legumbres y/o proteína animal si no eres vegano/a.
- 10% de bebidas; sopas, agua, tés sin teína
- 5% de frutas de estación.
- 5% semillas (sésamo, girasol, calabaza), frutos secos (nueces, almendras, avellanas) y aceites de buena calidad. Recuerda que es un 5%, ya que comer un poco este tipo de alimentos hace que quieras más, por eso introduce una pequeña cantidad en la comida y no los tomes solos
TENER EN CUENTA:
- Aumentar el porcentaje de verduras respecto a la dieta macrobiótica estándar, y reducir la cantidad de cereales.
- Evitar las harinas, especialmente pan blanco, bizcochos, pizzas, galletas…
- Enfatizar el uso de puerros, nabo, daikon, rábanos, rabanitos, apio, cebollino, cebolletas.
- Tomar una pequeña cantidad de proteínas en todas las comidas. Evitar proteínas pesadas o de origen animal en la cena.
- Usar muy poca sal sal, shoyu, miso. Umeboshi o condimentos salados (gomasio, tekka). Lavar siempre las algas.
- Hacer ejercicio físico. No tiene porque ser un ejercicio estructurado (p.e. en un gimnasio), podemos empezar por incorporar a nuestro día a día más ejercicio, como por ejemplo, subir las escaleras en vez de en ascensor o ir caminando a realizar nuestras compras.
- Practicar alguna disciplina que ayude a liberar energía estancada como yoga, tai-chi, Pilates o ejercicios de bio-energética.