La FAO y la OMS presentan un informe de expertos sobre dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas.
El 23 de abril de de 2003, La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentaron un informe sobre la dieta realizado por expertos independientes que servirá de base para desarrollar una estrategia mundial para combatir el problema creciente que suponen las enfermedades crónicas. El informe, titulado «Dieta, nutrición y prevención de las enfermedades crónicas», es el resultado de dos años de consultas conjuntas de la FAO y la OMS con los expertos y fue dado a conocer formalmente por los directores de ambos organismos, quienes consideran que es necesaria una estrecha cooperación para hacer frente al reto.
Contiene las mejores pruebas científicas existentes acerca de la relación de la dieta, la nutrición y la actividad física con las enfermedades crónicas. También examina las enfermedades cardiovasculares, varios tipos de cáncer, la diabetes, la obesidad, la osteoporosis y las enfermedades dentales. La carga que suponen las enfermedades crónicas está aumentando rápidamente; en 2001 representaron aproximadamente un 59% de los 56,5 millones de muertes notificadas en todo el mundo y un 46% de la carga de morbilidad mundial. El informe concluye que la dieta con pocas grasas saturadas, azúcares y sal y abundantes frutas y hortalizas, combinada con la actividad física regular, tendrá gran impacto en la lucha contra esta elevada carga de mortalidad y morbilidad.
Todos los países deben actuar de forma más decidida para evitar las enfermedades crónicas, fomentando dietas más sanas y la actividad física. Según ambos organismos, los sistemas de salud de la mayoría de los países en desarrollo carecen de recursos que les permitan afrontar la carga cada vez mayor que suponen las enfermedades crónicas, añadida a los problemas de salud que ya tienen.
«Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, los cánceres o la obesidad han dejado de ser problemas exclusivos de los países ricos», dijo la Dra. Gro Harlem Brundtland, Directora General de la OMS. «La mayoría de los casos de enfermedad crónica se están produciendo en el mundo en desarrollo. Nuestra experiencia revela que, aunque sean modestas, las intervenciones relacionadas con la dieta y la actividad física dirigidas a toda la población pueden producir cambios importantes en la carga general de enfermedades crónicas en un período de tiempo sorprendentemente corto. El informe es importante porque lo usaremos como el fundamento esencial, basado en criterios científicos, de la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud que está preparando la OMS para enfrentar este crecimiento de la carga que suponen las enfermedades crónicas».
Los dos organismos destacaron que las soluciones al aumento mundial de las enfermedades crónicas necesitarán relaciones más fuertes entre los sectores sanitario y agrícola, tanto a nivel mundial como a nivel regional y nacional.
«Este informe ayudará a la FAO y a la OMS a diseñar estrategias para promover dietas nutritivas y hábitos alimentarios más saludables», dijo el Director General de la FAO, Jacques Diouf. «Hoy día, sólo una minoría de la población mundial come las cantidades de frutas y hortalizas recomendadas en este informe. Nuestras organizaciones se enfrentan al gran reto de conseguir aumentar el abastecimiento de frutas y hortalizas, de forma que todo el mundo tenga acceso a ellas».
El informe conjunto de la FAO y la OMS está basado en el dictamen colectivo de un grupo de 30 expertos independientes que tenían una perspectiva mundial y trabajaron con otros 30 colegas para examinar los mejores datos disponibles acerca de la dieta, la nutrición y sus efectos en las enfermedades crónicas. Entre las recomendaciones específicas del informe se incluye la de reducir las grasas al 15 a 30% de la ingesta calórica diaria total, y las grasas saturadas a menos del 10%. El informe indica que el grueso de las necesidades calóricas debe ser cubierto por los hidratos de carbono (entre un 55 y un 75% de la ingesta diaria), pero que los azúcares refinados (añadidos), deben mantenerse por debajo del 10%. La ingesta de sal, debe mantenerse en menos de 5 gramos al día, mientras que la ingesta de frutas y hortalizas debe ser de 400 gramos, como mínimo. La ingesta de proteínas recomendada es del 10 al 15%. El informe también señala que la actividad física es uno de los principales factores determinantes del gasto energético diario y que es fundamental para el equilibrio energético y el control del peso. Para mantener un peso corporal sano es necesario realizar la mayoría de los días de la semana una hora diaria de actividad de intensidad moderada, como caminar.
«Sabemos hace tiempo que los alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares y sal son malos para la salud; que nuestra vida es cada vez más sedentaria; que el consumo de alimentos ricos en calorías, pero de escaso valor nutricional, está aumentando en todo el mundo, y que estos factores, junto con el consumo de tabaco, son las principales causas del gran aumento de la incidencia de las enfermedades crónicas al que estamos asistiendo», dijo la Dra. Brundtland. «Lo novedoso es que estamos sentando los cimientos de una política mundial que responda a estos problemas».
Los Estados Miembros de la OMS entienden que esto es un problema sanitario prioritario, añadió. Los Estados Miembros solicitaron explícitamente a la OMS que creara la Estrategia Mundial en consulta y en colaboración con las principales partes interesadas relacionadas con los alimentos, la dieta, la actividad física y las enfermedades crónicas. Las empresas del sector alimentario y afines son un elemento crítico para alcanzar una solución a largo plazo, dijo la Dra. Brundtland, y señaló que el mes que viene se reunirá con altos directivos de varias de las principales empresas de alimentación y bebidas, y también con representantes de las principales organizaciones no gubernamentales de profesionales y consumidores. Toda la información conseguida de este modo será tenida en cuenta en la elaboración de la Estrategia Mundial, que será ultimada por el Consejo Ejecutivo de la OMS en enero de 2004.
«La suma de las energías, recursos y conocimientos técnicos de todos los organismos pertinentes de las Naciones Unidas, de los profesionales de la salud y la nutrición, del sector privado y de la sociedad civil será esencial para conseguir un progreso continuo. Hemos llevado a cabo este proceso de la forma más transparente e incluyente posible, manteniendo el compromiso con nuestro mandato constitucional de mejorar la salud pública mundial» dijo la Dra. Brundtland. «Nuestra principal responsabilidad siguen siendo los Estados Miembros y sus pueblos. Las consultas que hemos realizado con ellos hasta ahora han reafirmado tanto la importancia de lo que estamos haciendo como la gama de diferentes problemas a los que se enfrentan, particularmente los países en desarrollo».
Los dos organismos señalan que la creación de un ambiente en el que la elección sana sea la elección fácil tiene importantes implicaciones para la información de los consumidores y el etiquetado, y para la educación y la recreación. Además tiene importantes consecuencias para la producción agrícola, los métodos de procesamiento y el comercio. Es por este motivo que los dos organismos se han comprometido a colaborar estrechamente en el campo de la dieta y la prevención de las enfermedades crónicas.
Según el Dr. Diouf, «Este informe realizado por expertos independientes contiene varias recomendaciones muy interesantes. La FAO tendrá que examinar las tendencias de las pautas de consumo con el fin de evaluar qué modificaciones de dichas tendencias dietéticas requieren estas recomendaciones y cómo se pueden adaptar a estas necesidades los sectores alimentario y agrícola de todo el mundo. Además será necesario evaluar las implicaciones que todo ello tendrá en la producción y el comercio».
El Dr. Diouf dijo que, tan pronto como sea posible, el informe será presentado a los órganos de gobierno de la Organización, junto con las respuestas de la FAO a sus resultados. Esto incluirá un análisis del impacto de las recomendaciones sobre los consumidores y los granjeros de los países en desarrollo, muchos de los cuales son pobres y están desnutridos.
La Dra. Brundtland concluyó: «Los progresos a largo plazo tardarán su tiempo. Es necesario que miremos al futuro, pero que establezcamos ya nuestro compromiso con la salud de las generaciones actuales y futuras de todo el mundo. La labor que hemos emprendido podría conducirnos a uno de los mayores cambios positivos de la salud de la población de todos los tiempos».
Fuente: who.int
Sitio web de la FAO: FAO.org