Los problemas de piel

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Los problemas de piel no son solamente problemas de la piel. Cualquier enfermedad cutánea es a la vez una manifestación de un desequilibrio interno. Estas enfermedades suelen aparecer cuando los intestinos y los riñones pierden la capacidad de descargar las toxinas eficientemente. Las causas más comunes son los alimentos animales – es decir, carne, huevos, productos lácteos y pescado – y otras costumbres dietéticas modernas (p.e: productos secos de horno hechos con harinas procesadas y condimentos químicos).

Al tratar enfermedades de la piel, no deberíamos suprimir esta descarga; deberíamos ayudar este proceso, al mismo tiempo que eliminamos la causa del problema.

Toda enfermedad de la piel tiene la función de descargar excesos (toxinas, fluidos, etc.), que han sido acumulados internamente dentro y alrededor de varios órganos, además del sistema digestivo y linfático. Esta descarga de toxinas permite que los tejidos y los órganos internos sigan funcionando suavemente.

Los intestinos son los primeros afectados y es por eso importante fortalecer su función. Un intestino débil llevará a una pobre absorción de nutrientes, y la eliminación se forzará a través de la piel. Otras funciones internas afectadas son los riñones, el hígado y la tiroides.

Los riñones son debilitados por los productos lácteos, café, azúcar, frutas, químicos y medicamentos fuertes tales como los antibióticos u otras drogas. El hígado es debilitado por el consumo excesivo de alimentos animales, azúcar y por el consumo a largo plazo de químicos y aditivos alimenticios. La función disminuída de ambos órganos resulta en una condición de la sangre excesivamente ácida, acompañada de mucosidad y depósitos de grasa en el sistema linfático. Estos depósitos de mucosidad inhiben las funciones de filtración del sistema linfático.

La tiroides también se deteriora. Hasta que los riñones, el hígado, los pulmones y los intestinos, hayan recuperado su capacidad colectiva de eliminar toxinas, la tiroides estará sobrecargada y debilitada y la piel también fallará en su capacidad de eliminar.

El eccema es uno de los problemas de la piel, caracterizado por una piel roja, seca y con picores. Puede ser crónico o agudo. Puede aparecer como una alergia o como una híper reacción general a sustancias irritantes o tóxicas. La diagnosis convencional generalmente no revela las causas internas y la persona que sufre de este problema busca aliviar esta condición con cremas hidratantes, suavizantes y pomadas con cortisona que se aplican directamente a la piel.

En general la persona con eccema y los que sufren de otros problemas de la piel tienen la misma historia dietética. Esto incluye primariamente productos lácteos, azúcar, alimentos dulces, además del exceso consumo de productos de harina, frutas, alimentos grasos y químicamente procesados. La piel seca es causada por la acumulación de grasa y mucosidad directamente por debajo de la piel y en el sistema linfático y digestivo debido a comer en exceso grasas (por ejemplo, pizza, patatas fritas, hamburguesas) y comidas hechas en el horno. El picor de la piel refleja la calidad degenerativa del sistema nervioso periférico.

El eccema es una enfermedad común de la infancia a menudo observada en las primeras semanas de vida, que refleja grandes desequilibrios alimenticios de la madre durante el periodo del embarazo. La mayoría de los casos de eccema aparecen durante los primeros dos años de vida. Durante este periodo el desarrollo del sistema digestivo e inmunológico fluctúan constantemente, dependiendo del equilibrio relativo entre los alimentos expansivos y contractivos* en la dieta de la madre, la lactancia y post-lactancia. Es fundamental alimentarse equilibradamente en este periodo para prevenir la apariencia de la enfermedad. En años consecutivos el eccema también incluirá problemas de las funciones del sistema respiratorio, y los individuos a menudo desarrollan alergias respiratorias como el asma y la fiebre del heno.

A parte de la dieta otro factor importante para aliviar las alergias de la piel es minimizar el contacto directo con un ambiente y prendas artificiales. Ropa sintética o de lana pueden irritar la piel y causar una reacción alérgica. Siempre que sea posible, las prendas en contacto directo con la piel deberían ser de algodón; y se debería eliminar el uso de cosméticos sintéticos e irritantes.

Por ello es conveniente reajustar la dieta y ayudar a eliminar los síntomas de cualquier erupción de la piel aplicando ciertas compresas y baños.

 

(Fuente: Michio Kushi – Curación Natural y Alergias)

Agnès Pérez

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